Contribuir en la provisión de los recursos básicos para un sano desarrollo espiritual, emocional y físico de los niños, niñas y adolescentes huérfanos y/o desamparados.
Dar asistencia psicopedagógica y trabajar terapéuticamente al/la menor con necesidades.
Trabajar y Fomentar en nuestros menores los valores éticos y espirituales para formar buenos ciudadanos que sirvan correctamente a su país y contribuyan al sano desarrollo de sus familias y comunidades.
Encauzar y apoyar en la formación técnico-profesional, del/la adolescente, para que, al cumplir la mayoría de edad, puedan integrarse al sector productivo.
Canalizar y contribuir en la provisión de hogares con familias integradas y funcionales a aquellos niños, niñas y adolescentes abandonados y/o desamparados para que formen parte de ella como una familia sana.
Encaminar y aportar en la reparación de viviendas a aquellas familias cuya integridad de vida se vea amenazada por el deterioro de la misma.
Enfocar las necesidades básicas de viudas y envejecientes que se encuentren desamparados y vivan en extrema pobreza.
Enseñar y fomentar el ahorro cooperativista facilitándoles préstamos, a muy bajos intereses, a aquellos padres que puedan crear microempresas que les permita ganarse dignamente su sustento y no tener que enviar sus menores a las calles, ni al trabajo doméstico (la explotación a un menor es otra manera de abuso infantil), entre otros.